Los CDR y la gestsapo

Uno de los mecanismos utilizados por Fidel Castro para someter a la población cubana a un control férreo a través de los cuerpos de seguridad del estado fue sin dudas la creación de los comités de defensa de la revolución. Es importante conocer lo que dijo Castro el 28 de septiembre de 1960 cuando anunció el establecimiento de los CDR : “ Nosotros vamos a implantar, frente a la agresión del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, y que todo el mundo sepa quienes son y qué hacen los que viven en cada manzana; que relaciones tuvieron con la tiranía, en que se ocupan, con quienes se encuentran a que actividades participan(….) vamos a implantar un comité de vigilancia revolucionaria en cada cuadra, para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe y para que vean cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialismo, ni lacayos del imperialismo, ni instrumento de los imperialistas que puedan moverse.” Aquí en Venezuela se pretendía llegar a lo mismo a través de la ley de seguridad, la ley de inteligencia y los consejos comunales. La diferencia es que en éste país el sentido de libertad y de democracia sigue profundamente arraigado en la mayoría de la población y el régimen no ha logrado imponer el terror como mecanismo para acallar toda resistencia democrática. Pero no por ello debemos darnos por satisfechos, Chávez fue derrotado en su intento de modificar la Constitución pero por vía de decretos y con gran irrespeto al estado de derecho intenta llevarnos por otros caminos a lo mismo que pretendía con la reforma. A diferencia de Cuba, en la que la revolución se impuso con fusilamientos, represión y control férreo por parte de la seguridad del estado sobre toda la población, en Venezuela se pretende llegar a lo mismo mediante la política de cocinar a la rana en agua tibia. Por eso es que hoy más que nunca no hay que cejar en la lucha por explicarle a la población el alcance de medidas como la ley de seguridad, las inhabilitaciones del contralor, y la reducción a su mínima expresión de la descentralización. Hay que seguir escribiendo, argumentando, marchando y sobre todo proponiendo soluciones diferentes a las de este estado protototalitario. El hecho que Chávez haya derogado el decreto no quiere decir que no intente hacer lo mismo por otros medios como lo ha demostrado en más de una ocasión. Por eso no se debe bajar la guardia ni dejar de explicar las acciones del gobierno que tengan o puedan tener similitudes con decisiones que en su tiempo se adoptaron en Cuba y en otros regimenes totalitarios.