Centa Reck
El presidente Evo Morales no descansa en su afán de tratar de sumar votos en favor de su proyecto de constitución. En este cometido ha adoptado el discurso de las autonomías tratando de pescar en río revuelto, o más bien de revolver el río para ver si a través de crear desconcierto, puede llevarse la mayor cantidad de almas incautas que le sea posible.
Esta es la única explicación que encontramos a la sobre utilización que está haciendo del tema autonómico en la fase final de su campaña.
En el mismo tenor aprovecha toda oportunidad que tiene para anticipar los cambios que resultarían de la implementación de su programa político en caso de aprobar su proyecto constitucional. Esto lo hace para darle fuerza de convicción a los grupos radicales que no han quedado satisfechos con el proyecto que concensuó después de la veloz y precipitada aprobación de Oruro. Con estos adelantos pretende mostrar que el proyecto de cambio sigue siendo estructuralmente revolucionario y obedece a los mismos lineamientos que había prometido a los movimientos sociales que plantean un país que acabe con todo lo que no tenga que ver con sus comunidades. Un país que discrimine ahora a los mestizos y que destruya todas las instituciones sociales y políticas que se han creado en 186 años de vida republicana, aduciendo que estas son colonialistas y liberales.
En este sentido el Gobierno no pierde la oportunidad de dejar claramente establecido que el proyecto que está sometiendo a las urnas en el presente referendo sólo cumple el cometido de dar el puntapié inicial a los cambios, y que está dispuesto y comprometido a cambiar la constitución cuantas veces sea necesario hasta llegar a la destrucción del país que existía y a la construcción del nuevo imperio del Tahuantinsuyo, ergo el imperio del Socialismo del Siglo XXI.
En este contexto ayer en un mitin de campaña que se realizó a los pies del monumento al chiriguano, Morales volvió a la carga advirtiendo que después del referendo refundaría el Poder Judicial boliviano, tema en el que viene insistiendo, habiendo conseguido incluso que la comisión de Unasur que hizo un informe sobre el caso de Pando "recomendara" hacer cambios estructurales en el tema de la justicia en Bolivia, recomendación que puede ser cuestionada porque la justicia boliviana es un poder y una institución que responde a los cánones republicanos de la cultura occidental que priman en el mundo civilizado. Por eso es que estos golpes bajos contra la justicia no se pueden interpretar sino como parte de la política totalitaria del proyecto de Morales que en todos los casos quiere acaparar los poderes y por ello no descansará hasta que tenga a sus zorros cuidando sus gallineros.
http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20080501/pags/20080501215947.html
El presidente Evo Morales no descansa en su afán de tratar de sumar votos en favor de su proyecto de constitución. En este cometido ha adoptado el discurso de las autonomías tratando de pescar en río revuelto, o más bien de revolver el río para ver si a través de crear desconcierto, puede llevarse la mayor cantidad de almas incautas que le sea posible.
Esta es la única explicación que encontramos a la sobre utilización que está haciendo del tema autonómico en la fase final de su campaña.
En el mismo tenor aprovecha toda oportunidad que tiene para anticipar los cambios que resultarían de la implementación de su programa político en caso de aprobar su proyecto constitucional. Esto lo hace para darle fuerza de convicción a los grupos radicales que no han quedado satisfechos con el proyecto que concensuó después de la veloz y precipitada aprobación de Oruro. Con estos adelantos pretende mostrar que el proyecto de cambio sigue siendo estructuralmente revolucionario y obedece a los mismos lineamientos que había prometido a los movimientos sociales que plantean un país que acabe con todo lo que no tenga que ver con sus comunidades. Un país que discrimine ahora a los mestizos y que destruya todas las instituciones sociales y políticas que se han creado en 186 años de vida republicana, aduciendo que estas son colonialistas y liberales.
En este sentido el Gobierno no pierde la oportunidad de dejar claramente establecido que el proyecto que está sometiendo a las urnas en el presente referendo sólo cumple el cometido de dar el puntapié inicial a los cambios, y que está dispuesto y comprometido a cambiar la constitución cuantas veces sea necesario hasta llegar a la destrucción del país que existía y a la construcción del nuevo imperio del Tahuantinsuyo, ergo el imperio del Socialismo del Siglo XXI.
En este contexto ayer en un mitin de campaña que se realizó a los pies del monumento al chiriguano, Morales volvió a la carga advirtiendo que después del referendo refundaría el Poder Judicial boliviano, tema en el que viene insistiendo, habiendo conseguido incluso que la comisión de Unasur que hizo un informe sobre el caso de Pando "recomendara" hacer cambios estructurales en el tema de la justicia en Bolivia, recomendación que puede ser cuestionada porque la justicia boliviana es un poder y una institución que responde a los cánones republicanos de la cultura occidental que priman en el mundo civilizado. Por eso es que estos golpes bajos contra la justicia no se pueden interpretar sino como parte de la política totalitaria del proyecto de Morales que en todos los casos quiere acaparar los poderes y por ello no descansará hasta que tenga a sus zorros cuidando sus gallineros.
http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20080501/pags/20080501215947.html
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