La historia nicaragüense recuerda el asesinato de cuatro periodistas en los últimos 30 años: Pedro Joaquín Chamorro en 1978; el estadounidense Bill Stewart en 1979; Carlos Guadamuz y María Josué Bravo en 2004, sin embargo, las elecciones municipales han dejado a más de una veintena de hombres de prensa heridos mientras realizaban su labor.
Entre los primeros en ser agredidos, hay dos del oficialismo: Antenor Peña Solano, periodista del Canal 4, que recibió un impacto debajo de la rodilla en el mes de junio mientras cubría un acto de protesta contra del gobierno.
El canal (que antes había sufrido la volcadura de uno de sus vehículos por parte de exaltados jóvenes que participaban de otra protesta antigubernamental) se apresuró a llamar 'criminales' a quienes habían disparado en contra de Peña Solano, a pesar que unas horas después, los médicos descartaban que la herida hubiera sido causada por un disparo. Nunca se supo quien agredió al periodista, pero el oficialismo acusó del 'balazo' a un misionero católico (que no usa armas, además que se demostró que no hubo tal disparo), el que fue encontrado culpable esta semana.
El siguiente en ser agredido fue Nicolás Berríos, periodista de la Nueva Radio Ya (gobiernista), por parte de un grupo de desconocidos a bordo de un vehículo que lo obligó a bajarse de su camioneta, y lo hirió tres veces, amenazando con cortarle la lengua, antes de prender fuego al vehículo de la radioemisora.
Los ataques se multiplicarían el martes 18, cuando una turba sandinista impidió por la fuerza que los ciudadanos se manifestaran en contra del fraude.
Ese día, danielistas furiosos arremetieron a pedradas y garrotazos contra vehículos de los canales 2 y 8 (independientes), mientras algunos de los atacantes aprovechaban para robar los objetos personales (o de trabajo) que los periodistas habían dejado guardados dentro de sus autos, observados por policías antimotines que no emprendieron acción alguna.
Otro periodista de la Nueva Radio Ya que llegó poco después para dar cobertura al hecho, fue agredido verbalmente y empujado por furiosos manifestantes liberales, aunque el incidente no pasó a más, porque lo defendió un periodista del Canal 8 (al que los danielistas acababan de destruirle el vehículo).
Esa misma tarde, este corresponsal fue agredido con una bayoneta en el abdomen, cuando intentaba pasar uno de los retenes rojinegros. La herida ameritó seis puntadas y una orden médica de reposo por tres días, aunque pudo ser peor.
Mientras Managua estaba en zozobra, (gracias en parte al traslado de delincuentes leoneses hacia la capital), los liberales de León aprovecharon para hacer una marcha pacífica.
Al enterarse de lo ocurrido en León, varios vehículos cargados de delincuentes regresaron a la Ciudad Universitaria a toda velocidad para tratar de agredir a sus conciudadanos, pero al llegar encontraron que la marcha había concluido, por lo que descargaron su furia contra Radio Darío, cuyo propietario apoyó la campaña del PLC en esa urbe.
Radio Corporación, que es abiertamente antidanielista, vio cómo su señal era interferida por desconocidos, lo que la obligó a buscar soluciones técnicas para burlar el ataque, además de invitar a sus escuchas a seguirlos a través de Internet.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6376&idArt=3082691
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